viernes, 28 de septiembre de 2007
UNA OPCIÓN NACIONAL PARA VOTAR
El sistema electoral vigente en la República permite a los argentinos votar, en las dos vueltas posibles, de acuerdo a motivaciones diferentes. La primera alternativa, el 28 de octubre, permite que cada ciudadano vote de acuerdo a sus propias convicciones, a sus ideas o a los valores y principios que guían su vida.
La segunda vuelta, es la oportunidad para optar por el mal menor.
Nuestro partido, como expresión política de quienes se proclaman, antes que nada, nacionales, apela a esta forma de comunicación directa para hacerse conocer, dada la carencia de recursos económicos y la escasa penetración que hemos logrado en los medios de comunicación masivos.
No es nuestro programa de gobierno lo que queremos transmitir, sino las ideas que llenan de contenido nuestro proyecto político y convocan al ejercicio pleno de conductas valerosas que habrán de ser necesarias en los difíciles momentos que la República atravesará.
La Nación es una obra común a realizar. Una obra por la que otros argentinos han dejado sus vidas en las luchas por la independencia, en la afirmación de nuestra propia identidad, en la búsqueda de la integración social, en el trabajo fecundo y solidario o en la preservación de nuestros valores espirituales.
La continuidad de esos esfuerzos exige que nos propongamos la reconstrucción del Estado Nacional, que es hoy la expresión del poder de una camarilla. Reconstruirlo como órgano por antonomasia de la conciencia y del gobierno de toda la comunidad: como gesto del Bien Común. No queremos ni un estado bobo, ni un estado arbitrario. Debe ser fuerte para asegurar nuestra soberanía frente a las agresiones externas y debe ser inteligente para prever y resistir las infinitas formas que el mundo globalizado utiliza para vaciar de contenido su función. No queremos un estado neutral en términos económicos, ni sociales, ni morales.
La política exterior viene siendo socavada sistemáticamente para ofrecer en su reemplazo un orden mundial que se propone tener ingerencia en todos los aspectos de la vida humana. No estamos hablando de las viejas recetas imperialistas que se originaban en otros estados y eran sufridas por los más débiles o los más ingenuos. Tampoco se trata ahora sólo de establecer los modos de la dependencia económica. La política exterior que sostenemos debe resguardarnos de quienes propician – aparte de un sistema financiero, empresarial y comercial desvinculado de todo Proyecto Nacional – pautas culturales, educativas o sanitarias originadas en el pensamiento único globalista.
Queremos la unidad de los argentinos. Unidad de los que somos naturalmente diferentes detrás de los objetivos históricos y permanentes de la Nación. Y ello nos exige poner nuestros esfuerzos también en la reconstrucción del tejido social dañado por la exclusión y la marginación, pero también por concepciones ideológicas y dialécticas generadas desde el poder.
Defendemos un sistema nacional de economía que propugne la existencia de hombres libres propietarios de sus medios de producción. No somos ingenuos: sabemos que ello va en contra de la voz de orden que propicia la globalización económica y la concentración del capital. Pero los hechos económicos no son producto de leyes históricas ineluctables, pueden ser modificadas por la inteligencia y voluntad de los pueblos que aspiren a preservar su independencia y a establecer la justicia entre los habitantes.
La Nación debe tener un plan de desarrollo estratégico para anticipar los problemas del futuro y para evitar que, librada a la discrecionalidad actual, cada obra pública sirva sólo para recompensar políticamente a gobernadores e intendentes
mediante la prebenda y la corrupción.
No existe Estado Nacional sin Fuerzas Armadas organizadas y preparadas material y espiritualmente para garantizar la soberanía. En la historia argentina, ellas han sido no sólo el instrumento de la independencia, sino también un factor determinante del desarrollo industrial y de las innovaciones científicas y tecnológicas.; y el servicio militar obligatorio, factor principal para que las camadas de familias de inmigrantes adquirieran allí, junto con la escuela pública, un concreto sentido de pertenencia e identidad nacional.
Caso análogo es el de las Fuerzas de Seguridad. Deben ser revestidas nuevamente de la autoridad necesaria para el cumplimiento de sus deberes, que comienzan por asegurar un orden civilizado en la comunidad y culminar con la represión de los delitos.
Por cierto que defendemos y propiciamos la completa independencia de la Justicia, Pero primero, su independencia con relación al orden jurídico mundialista que se va configurando a través de pactos internacionales que habilitan la intervención de jueces ajenos a nuestra Patria para juzgar hechos acaecidos en esta tierra.
También queremos jueces que no respondan a los poderes políticos de turno, como ha ocurrido tantas veces a lo largo de la historia, ni a los poderes económicos que en otras oportunidades han utilizado a la justicia como reaseguro de sus privilegios.
No entendemos otra forma de educación que no sea la perfectiva, que forme en valores. Primero buenas personas, luego buenos ciudadanos. Consideramos que la misma debe ser un tema prioritario de nuestra propuesta y que, cualquiera fuese su nivel, permita a los jóvenes labrarse un futuro digno.
Defenderemos la familia y sus valores como célula básica de la sociedad, imprescindible para el crecimiento armónico de la misma. Estamos convencidos que la vida comienza en el momento mismo de la concepción y rechazamos toda forma de planificación de la familia y control de la natalidad.
Queremos llegar a ustedes para dejarles en claro que luchamos para que una expresión clara, valiente y decidida del Movimiento Nacional tenga una presencia significativa en los acontecimientos nacionales y levante las banderas que convocan a la Reconstrucción de la Patria.
Somos plenamente conscientes de que habría muchos otros temas que merecen y deberían ser tratados juntos con los que hasta aquí hemos enunciado. Pero como esto no es una comunicación masiva, sino selectiva, apelamos a su comprensión para completar las bases sobre las que fundamos nuestra acción.
Para las próximas elecciones, usted podrá colaborar enormemente sólo con hacer conocer entre sus allegados la existencia del partido y la opción que representamos; también distribuyendo las boletas que les estamos enviando .
Su nombre nos ha sido sugerido por amigos comunes. Por eso le pedimos que, si comparte la orientación general de esta breve comunicación, se ponga en contacto con nosotros, ya sea por correo, telefónicamente, o por correo electrónico, ya que nuestra intención es extender la acción del partido hasta el último pueblo de la República.
Gustavo Luis Breide Obeid
Candidato a Presidente de la Nación
Partido Popular de la Reconstrucción
La segunda vuelta, es la oportunidad para optar por el mal menor.
Nuestro partido, como expresión política de quienes se proclaman, antes que nada, nacionales, apela a esta forma de comunicación directa para hacerse conocer, dada la carencia de recursos económicos y la escasa penetración que hemos logrado en los medios de comunicación masivos.
No es nuestro programa de gobierno lo que queremos transmitir, sino las ideas que llenan de contenido nuestro proyecto político y convocan al ejercicio pleno de conductas valerosas que habrán de ser necesarias en los difíciles momentos que la República atravesará.
La Nación es una obra común a realizar. Una obra por la que otros argentinos han dejado sus vidas en las luchas por la independencia, en la afirmación de nuestra propia identidad, en la búsqueda de la integración social, en el trabajo fecundo y solidario o en la preservación de nuestros valores espirituales.
La continuidad de esos esfuerzos exige que nos propongamos la reconstrucción del Estado Nacional, que es hoy la expresión del poder de una camarilla. Reconstruirlo como órgano por antonomasia de la conciencia y del gobierno de toda la comunidad: como gesto del Bien Común. No queremos ni un estado bobo, ni un estado arbitrario. Debe ser fuerte para asegurar nuestra soberanía frente a las agresiones externas y debe ser inteligente para prever y resistir las infinitas formas que el mundo globalizado utiliza para vaciar de contenido su función. No queremos un estado neutral en términos económicos, ni sociales, ni morales.
La política exterior viene siendo socavada sistemáticamente para ofrecer en su reemplazo un orden mundial que se propone tener ingerencia en todos los aspectos de la vida humana. No estamos hablando de las viejas recetas imperialistas que se originaban en otros estados y eran sufridas por los más débiles o los más ingenuos. Tampoco se trata ahora sólo de establecer los modos de la dependencia económica. La política exterior que sostenemos debe resguardarnos de quienes propician – aparte de un sistema financiero, empresarial y comercial desvinculado de todo Proyecto Nacional – pautas culturales, educativas o sanitarias originadas en el pensamiento único globalista.
Queremos la unidad de los argentinos. Unidad de los que somos naturalmente diferentes detrás de los objetivos históricos y permanentes de la Nación. Y ello nos exige poner nuestros esfuerzos también en la reconstrucción del tejido social dañado por la exclusión y la marginación, pero también por concepciones ideológicas y dialécticas generadas desde el poder.
Defendemos un sistema nacional de economía que propugne la existencia de hombres libres propietarios de sus medios de producción. No somos ingenuos: sabemos que ello va en contra de la voz de orden que propicia la globalización económica y la concentración del capital. Pero los hechos económicos no son producto de leyes históricas ineluctables, pueden ser modificadas por la inteligencia y voluntad de los pueblos que aspiren a preservar su independencia y a establecer la justicia entre los habitantes.
La Nación debe tener un plan de desarrollo estratégico para anticipar los problemas del futuro y para evitar que, librada a la discrecionalidad actual, cada obra pública sirva sólo para recompensar políticamente a gobernadores e intendentes
mediante la prebenda y la corrupción.
No existe Estado Nacional sin Fuerzas Armadas organizadas y preparadas material y espiritualmente para garantizar la soberanía. En la historia argentina, ellas han sido no sólo el instrumento de la independencia, sino también un factor determinante del desarrollo industrial y de las innovaciones científicas y tecnológicas.; y el servicio militar obligatorio, factor principal para que las camadas de familias de inmigrantes adquirieran allí, junto con la escuela pública, un concreto sentido de pertenencia e identidad nacional.
Caso análogo es el de las Fuerzas de Seguridad. Deben ser revestidas nuevamente de la autoridad necesaria para el cumplimiento de sus deberes, que comienzan por asegurar un orden civilizado en la comunidad y culminar con la represión de los delitos.
Por cierto que defendemos y propiciamos la completa independencia de la Justicia, Pero primero, su independencia con relación al orden jurídico mundialista que se va configurando a través de pactos internacionales que habilitan la intervención de jueces ajenos a nuestra Patria para juzgar hechos acaecidos en esta tierra.
También queremos jueces que no respondan a los poderes políticos de turno, como ha ocurrido tantas veces a lo largo de la historia, ni a los poderes económicos que en otras oportunidades han utilizado a la justicia como reaseguro de sus privilegios.
No entendemos otra forma de educación que no sea la perfectiva, que forme en valores. Primero buenas personas, luego buenos ciudadanos. Consideramos que la misma debe ser un tema prioritario de nuestra propuesta y que, cualquiera fuese su nivel, permita a los jóvenes labrarse un futuro digno.
Defenderemos la familia y sus valores como célula básica de la sociedad, imprescindible para el crecimiento armónico de la misma. Estamos convencidos que la vida comienza en el momento mismo de la concepción y rechazamos toda forma de planificación de la familia y control de la natalidad.
Queremos llegar a ustedes para dejarles en claro que luchamos para que una expresión clara, valiente y decidida del Movimiento Nacional tenga una presencia significativa en los acontecimientos nacionales y levante las banderas que convocan a la Reconstrucción de la Patria.
Somos plenamente conscientes de que habría muchos otros temas que merecen y deberían ser tratados juntos con los que hasta aquí hemos enunciado. Pero como esto no es una comunicación masiva, sino selectiva, apelamos a su comprensión para completar las bases sobre las que fundamos nuestra acción.
Para las próximas elecciones, usted podrá colaborar enormemente sólo con hacer conocer entre sus allegados la existencia del partido y la opción que representamos; también distribuyendo las boletas que les estamos enviando .
Su nombre nos ha sido sugerido por amigos comunes. Por eso le pedimos que, si comparte la orientación general de esta breve comunicación, se ponga en contacto con nosotros, ya sea por correo, telefónicamente, o por correo electrónico, ya que nuestra intención es extender la acción del partido hasta el último pueblo de la República.
Gustavo Luis Breide Obeid
Candidato a Presidente de la Nación
Partido Popular de la Reconstrucción
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1 comentario:
¡Buena iniciativa!!! Y sobre todo el ver varios amigos en esta patriada. Mi apoyo desde Rosario. No creemos en las bondades de la democracia liberal, pero una presencia testimonial y tal vez algo más que testimonial puede ayudar a "poner piedras en el camino" de los enemigos de la Cristiandad y de la Patria. El camino más seguro seguirá siendo la restauración religiosa y cultural, la acción cívica en los cuerpos intermedios y la educación. Pero una presencia en el ámbito político es también necesaria, como lo hacen en España la CTC o Fuerza Nueva. ¡Adelante!
Fernando Romero Moreno
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